28 ago 2013

—¡Basta! Para mí viajar se ha convertido en una monótona rutina.
—No, no basta. Nunca va a bastar —insiste J.—. Nuestra vida es un constante viaje, desde el
nacimiento hasta la muerte. El paisaje varía, la gente cambia, las necesidades se transforman, pero el tren
sigue adelante. La vida es el tren, no la estación. Y lo que has estado haciendo no es viajar, sino cambiar
de países, lo cual es completamente distinto.

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